A flor de mar…
Desde la altísima atalaya de su novia, esposa y madre, Sierra Morena Cordobesa -su Helena de Troya-, él divisa y contempla medio mundo…
El resto del mundo, universo, aire, tierra, mar…, lo descubre y recrea con su imaginación sin horizontes que la limiten…
Desde su diversa y polifacética creatividad, acaso para evadirse del áspero y reseco estío de las altas tierras, el artista, como intrépido Ulises del Arte, rememorando el ancestral poema:
“Oficio noble y bizarro
de entre todos el primero,
que de la creación con barro
Dios fue el primer alfarero
y el hombre el primer cacharro…”,
arcilla en mano, tridente de modelar, esmaltes…, como Neptuno, el Dios de las profundidades marinas, se ha sumergido ahora en sus misteriosos océanos de creación para sacar especies desconocidas a flor de mar…
Las sugestivas especies marinas -impresionantes y bellas pinturas y cerámicas esmaltadas- de José Luis Romero, emergidas de los singulares resquicios de su desbordante imaginación, aunque intenten ser emocionantes piropos hacia la profusa fauna oceánica -la más diversa y bella del planeta-, sólo se parecen a sí mismas…
Una vez más, el artista, habituado a regalarnos la mirada poniendo inefables bellezas a flor de piel, nos las pone ahora a flor de mar…
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